eXpropiaciones!

Atracar bancos a mano armada es una lata. Este método artesanal de expropiación está al borde de la desaparición por causas económicas antes que estéticas o psicológicas. El desequilibrio entre coste y beneficio de los atracos (condenas crecientes y botines decrecientes) comenzó exactamente en 1971, el año de la abolición del patrón oro. Desde entonces, sin lastre metálico, el dinero se ha ido difuminando progresivamente hasta convertirse en lo que ya casi es: humo digital. Al compás de la transformación, las cajas fuertes de los bancos sufrieron un sutil proceso de vaciamiento cuyos efectos son sólo evidentes ahora, 45 años después. Así es como hemos pasado de expropiar el dinero de la sucursal a expropiar la sucursal misma, el inmueble completamente vacío.

Bien mirada, la sublimación física del dinero capitalista no es mala. Por un lado, nos ha permitido ensayar otras técnicas expropiatorias más eficientes que el atraco, acciones cuyos tipos penales (alzamiento de bienes, insolvencia punible, etc.) conllevan condenas reducidas por tratarse de delitos típicos de la clase social que legisla. Pero, más interesante aún, el fenómeno nos ha obligado a reflexionar más a fondo sobre esto del dinero. Si no tiene que ser algo necesariamente sólido, de piedra, metal, papel, etc., como nos hicieron creer en la escuela… Si puede ser aire, información almacenada en bits… ¿Qué es realmente el dinero?

La búsqueda de respuestas a esta pregunta nos ha abierto el camino de una táctica que excede el alcance de la clásica expropiación de monedas capitalistas o su multiplicación clandestina (la falsificación). Nos referimos a la creación de monedas alternativas, que viene a ser una forma de expropiación ácida que corroe el monopolio bancario de fabricación y distribución de dinero.

De asuntos como estos hablamos en Expropiaciones, primer número de nuestra serie Acción Económica que puedes descargarte aquí en versión para lectura o en versión para imprimir.

[Descargar Expropiaciones, primer número de nuestra serie Acción Económica en PDF]

un mundo nuevo en nuestros corazones

«Un mundo nuevo en nuestros corazones» es un nuevo microfanzine que lanzamos desde pAn colectivo, basado en un carácter anarquista y antiespecista, este es el primero de (esperamos) muchos números, podéis y debéis difundir, copiar, pegar, modificar, tirar, arrojar y leer.

Para ver y descargar pincha aquí.

Julius Van Daal (a modo de epílogo)

(…)

En un mundo sin dinero y sin propiedad privada ni estatal, la esclavitud asalariada será suplantada por una actividad humana autónoma orientada hacia el juego y la comunidad. El amargo recuerdo de las humillaciones del salariado, no menos que la imprescindible vigilancia de los emancipados, impedirá que reaparezca. Comerciar con los frutos del esfuerzo y de la imaginación será tan intolerable como inviable. El reparto sustituirá al intercambio y el don al comercio. La riqueza, nacida del buen hacer y del saber estar, dejará de medirse y brotará de la intensidad de los momentos vividos. En este mundo sin hipermáquinas ni megaestructuras, en el que toda tecnología engendrada por la búsqueda de poder y de la rentabilidad estará proscrita, la actividad humana no conocerá otro límite que el respeto absoluto por el medio ambiente que comparte toda la humanidad, pues la naturaleza será universalmente reconocida como la verdadera comunidad de las comunidades.

 

(Extraído del epílogo de Julius Van Daal a la obra «la abolición del trabajo de Bob Black)

ochodoscuatro ediciones

Puedes ver su web aquí

“Nos hemos comido 824 millones de animales”,  decía un titular. Sólo en el estado español, sólo en un año, 824 millones de individuos habían sido sacrificados para convertirse en comida. Esto sin contar los peces. Tampoco entraban en esta cifra los miles de animales muertos para hacer abrigos, mutilados para fabricar jerséis, utilizados en experimentación, encerrados en zoos y circos para nuestro entretenimiento, torturados y asesinados en las plazas de toros… No entraban aquellos que se crían para ser expuestos en escaparates y satisfacer nuestros caprichos, aquellos que son capturados en el océano al otro lado del mundo para adornar nuestras peceras, aquellos que son aplastados deliberadamente por un pie que los considera demasiado insignificantes para compartir el suelo.

En una sociedad corrompida por ideas como la autoridad, la dominación, la competencia y la explotación de muchxs para el beneficio de unxs pocxs, los demás animales ocupan un lugar aún más desafortunado que el nuestro. Son considerados mercancías, propiedades, recursos a nuestra disposición y máquinas de producir. Miles de millones de individuos se ven afectados por nuestros hábitos, y por la idea infundada de que somos la especie superior, con legítimo derecho para disponer de ellos a nuestro antojo. El sistema capitalista se alimenta de esta situación y la perpetúa; pero en cada unx de nosotrxs reside la responsabilidad de romper .con ese prejuicio, dejar de justificarlo y luchar para que termine.

Al igual que nosotrxs, el resto de animales sienten y, por tanto, tienen intereses que necesitan y merecen ser respetados. Entendemos que toda forma de dominación y autoridad debe ser combatida, sin ningún tipo de discriminación por razón de género, raza, o especie. Para los demás animales exigimos, sencillamente, la misma libertad que exigimos para nosotrxs.

Por eso, el objetivo de esta editorial es sacar a la luz el problema de la explotación animal, así como extender las ideas antiespecistas y las diferentes experiencias de lucha al respecto. No pretendemos establecer un ideario cerrado, sino promover el debate y el aprendizaje continuos, así como la autocrítica, para que nunca más haya que empezar desde cero. Queremos dar un espacio de difusión a todas las herramientas teóricas y prácticas que puedan inspirarnos y ayudarnos a combatir esta injusticia y hacer crecer la lucha por la liberación animal.

Este proyecto está sacado adelante por personas que dedicamos nuestro tiempo y esfuerzo sin pretender ningún tipo de compensación económica. El importe de nuestras publicaciones está destinado a cubrir los costes de imprenta y, en ocasiones, incluye un pequeño margen destinado a poder seguir gestionando la editorial y ayudar a la financiación de otros proyectos afines.

NOTA SOBRE LA CIFRA 824: el dato es aproximado, y corresponde a varios titulares de prensa del año 2008. La cifra puede variar según la fuente y la fecha. De acuerdo con la Encuesta de sacrificio de ganado del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en 2014 la ganadería sacrificó un total de 829.193.382 “cabezas”.

¡Gracias!

¡Familia pAnarra! Nuestro último mensaje de la temporada es, como el primero, de agradecimiento.

Agradecimiento por que un día un viejo dijo que quien no persigue lo imposible jamás avanza un solo paso. Y nosotras nos sentimos avanzar.

Sabíamos desde el primer amasado que solas no podíamos pero con amigas si. Hemos aprendido que no hay pan sin comunidad, que no tendremos libertad hasta que todas seamos libres y que solo una comunidad sana puede albergar personas sanamente libres.

Hacemos pAn para aprender a hacer pan, aprender a relacionarnos, a cuidarnos, a hacer economía entorno a todo esto. Y todo esto requerirá de un proceso de mucho tiempo, por eso agostamos el proceso como la naturaleza misma, y os esperamos en Septiembre con la misma esperanza que nos habéis transmitido durante todo el año.

¡Un fuerte abrazo de pAn, y arriba las masas!

PD: No podemos despedirnos sin daros las gracias por la bicifiesta, entre todas dando y tomando, demostramos que llenamos las huchas necesarias y que no hay dificultad que no podamos superar.

https://youtu.be/TJaEd4gmWoY

Ecoopan, alzando las masas

Como nos gusta acabar con las competencias y generar hermanamientos con proyectos de gente bonita que nos enseña cómo se hacen las cosas, y es que cuando la gente bonita se pone a hacer pan surgen proyectos como este.

«Somos l@s que amasan y sin embargo no tenemos pan,
somos l@s que extraen el carbón y sin embargo tenemos frío.
Somos l@s que no tienen nada y venimos a tomar el mundo.»


Tassos Livaditis (poeta griego, 1922-1988)